De Mitos a LEYENDAS

 

Corría  el año 1989, cuando un niño de 12 años lloraba sentando en la mesa de una cocina en una aldea del Bierzo, mientras en la radio se escuchaba que Fernando Martín acababa de morir en un trágico accidente de tráfico, en la M30 de Madrid...


Hoy, 30 años más tarde, mientras leía un mensaje de un buen amigo porteño, he entendido porque algunas personas nos ponemos tristes con la muerte de alguien al que no hemos llegado a conocer personalmente…

En concreto en esta ocasión me refiero a mitos y leyendas del deporte, personas rodeadas de extraordinaria admiración y estima, a las que recordamos a pesar del tiempo.

En algunos casos, tienden a considerarlos Dioses, iconos, extraterrestres… cuando al final, como todos, son personas de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos. Puede que haya gente que se ofenda, si ahora enumero a algunos personajes más conocidos actualmente por sus defectos (Julio Alberto, Caniggia, Paul Gascoigne, Higuita, Ronaldinho, Michael Phelps, Ian Thorpe, Tiger Goods, Poli Díaz, Lamar Odom, Dennis Rodman, etc.). Pero creerme, no es ninguna crítica, es simplemente una constatación de que errar es humano, y lejos de alegrarme, como mucha otra gente, de la caída al infierno de estos ídolos con pies de barro, me demuestra que son humanos… y no seré yo el que tire la primera piedra, ya que tampoco yo estoy libre de pecado. Yo solo veo a personas donde el personaje se ensancho tanto, que ahora mismo ensucia al mito…

Pero en el fondo, todavía espero que sean capaces de darle la vuelta a la moneda, porque no son personas normales, son ganadores. Y si os fijáis bien en la foto que ilustra este escrito, podréis ver una clara representación de como un ganador forja su destino:

“Cuando la suerte no te importa y el destino esta en tus manos,

no miras la moneda”

Otro viejo amigo, este más sabio, me escribió que a él no le gustan los mitos, pero que le apasionan los ejemplos. Los mitos con el tiempo acaban convirtiéndose, por elevación, en inalcanzables. Él no tiene dudas de que los mitos, mientras están aquí, son humanos. Se caen, se ensucian, no pueden soportar el peso de la fama y acaban difuminándose en el olvido. Solo vuelven a resurgir cuando se marchan, cuando dejan de ser humanos y solo queda el mito. No intentes seguirles en su versión humana, no debes. Pero tampoco lo intentes en la versión mítica, eso te llevará a la frustración…

Al final, yo considero que son personas que nos han hecho saltar del sofá, juntarnos en una bar, que nos han hecho llorar, gritar de alegría, con los que hemos sentido lo que significa levantarse del suelo, que nos han emocionado con sus hazañas deportivas, que nos inspiran… y es por eso que la huella que han dejado no se borrará tan fácilmente.

Para acabar, solo recordar que en la Grecia clásica, sobre los héroes ya se narraban muertes extrañas, malas y miserables, que se los llevaban de este mundo de forma repentina. Por eso quiero dedicar, como pensamiento final, unas líneas de recuerdo para la última aventura de mis “inmaculadas” leyendas: 

     Porque la canasta no se mancha: Fernando Martin, Drazen Petrovic, Kobe Bryant…

     Porque la bici no se mancha: Chava, Pantani, Luis Ocaña…

⮚  Porque el casco no se mancha: Ángel Nieto, Ayrton Senna, María de Villota, Marco Simoncelli…

     Porque la piscina no se mancha: Jesús Rollan…

     Porque las zapatillas no se manchan: Florence Griffith, Yago Lamela…

     Porque la nieve no se mancha: Blanca Fernández Ochoa…

     Porque los guantes no se manchan: Rocky Marciano, Urtain…

     Porque los aros no se manchan: Joaquín Blume…

  Porque la pelota no se mancha: Juanito, Antonio Puerta, Dani Jarque, George Best, Diego Armando Maradona…

 

Gracias a tod@s por regalarme tantos momentos mágicos y seguir haciéndome creer en las estrellas…

 

Por cierto, se me olvidaba, ¿Cuáles son tus leyendas?

 

                                                                                                                                     Firmado: Un niño GRANDE 

Comentarios

  1. Gran reflexión , para mí un mito tiene que tener un lado oscuro. Nadie llega al máximo en un talento sin "descuidar" otras áreas. Por la puerta del éxito inhumano sólo cabe una faceta, no pueden entrar dos o tres facetas (buen padre, buen empresario, buenos hábitos, etc). Si eres exitoso en todas las facetas de la vida quiere decir que si te volcaras sólo en una ésta llegaría más allá que en todas a la vez. El mito es una rendija muy muy lejana por la que sólo cabe un talento, ni dos ni tres ni más. Por lo que, por supuesto, tendrá carencias graves al descuidar todas las demás áreas. Pero ¿a quién le importa? Es en esas debilidades donde empatizamos y los hacemos propios. ¡Un abrazo!

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